Diego y su mujer, Isabel, visitan a los Estados Unidos por primera vez. Deciden tomar un autobús turístico para conocer una de las ciudades grandes. El primer autobús sale a las doce en punto. Diego y Isabel toman asientos al frente para oir bien al guía. Escuchan con atención la voz del guía quien habla por micrófono.

Guía: Señoras y señores, bienvenidos a esta excursión. Esta tarde vamos a visitar varios sitios interesantes de esta gran ciudad. Primero, vamos al centro para conocer el barrio comercial, los hoteles y los grandes almacenes.
Isabel: ¡Qué edificios tan altos! ¡Mira, Diego! Tienen al menos veinte pisos.
Diego: ¡Al menos! Ésta es una ciudad famosa por sus rascacielos.
Guía: Y ahora pasamos por el barrio cultural. A la derecha están la Biblioteca Central y el Museo de Arte. A la izquierda… los edificios de la Universidad y varios teatros famosos.
Isabel:¡Cuánta gente! ¿Adónde va todo el mundo?. ¡Mira! ¡Van debajo de la tierra!
Diego: ¡Claro! Van a tomar los trenes subterráneos. La entrada a la estación allí.
Guía: Entramos ahora en el parque zoológico. Vamos a estar aquí media hora. Es posible caminar por el parque, mirar los animales, sacar fotografías y tomar un helado.

Después de cuatro horas en el autobús, marido y mujer regresan cansados al hotel.

Diego: Estas excursiones son muy interesantes. Pero estoy cansado. Gracias a Dios, podemos descansar un poco.
Isabel: ¿Descansar? ¡Mira! Aquí tengo dos billetes para otra excursión esta noche. Vamos a visitar todos los cabarets.